Videos, Interviews

 

http://www.literaturewales.org/writers-of-wales/i/146326/desc/gurney-robert-edward/

Interview with the poet  Leo Zelada (Peru):

 

Una Entrevista con Leo Zelada (2013)

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Zelada: Tu libro bilingüe La libélula -The Dragonfly, ¿quieres decir algo sobre cómo lo creaste?

Gurney: Escribí La Libélula y otros libros como Luton Poems  con una idea en la mente: la de buscar y encontrar la belleza dentro de lo normal, lo cotidiano y lo que se denomina lo feo. La ciudad que es el tema principal del libro, el foco del poemario, ganó el primer premio en un libro titulado Ciudades de mierda, Crap Towns. Fue votada la peor ciudad de Inglaterra, la más fea del país. Nací en esa ciudad y no ha sido así de mala mi experiencia en ella. Para mí fue una ciudad verdaderamente mágica, casi surrealista.Y sigue siéndolo.  Cuando comparo La libélula con mi libro inédito, que acabo de terminar, A Night in Buganda [publicado en 2014], veo que he ido, en éste, aún más allá de ese concepto duro de la belleza. John Keats dijo “La belleza es verdad, la verdad es belleza”. “Beauty is truth, truth beauty”. No sé qué dirán los críticos sobre A Night.

Zelada: Cómo se hace que escribes sobre la Africa?

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Gurney: El libro sobre Africa consiste en poemas y cuentos. Unos de ellos han sido publicados con la ayuda de Lya Ayala Vallejo en el suplemento cultural Tres Mil de la revista salvadoreña Diario Co Latino  y en las antologías de cuento breve a cargo de Susana Furphy publicadas por la Editorial Benma de Mexico Df. Empecé este libro sobre Africa en 2002, aunque algunos de los textos  existían embrionariamente en mi mente antes de esa fecha y claro, yacían adentro como viejos recuerdos. Lo empecé hace más de diez años pero tuve dificultades, los poemas no nacían. Unos poemas sueltos emergieron de mi memoria, publicados en internet en español, como los que tratan de Rimbaud, pero no muchos. Algo dentro de mí impedía que salieran a la luz. Tal vez el problema esencial fuera que no sabía cómo decirlo, cómo presentar el material confuso, que a veces parecía no tener sentido. Pasé tres años en Buganda, un reino en el corazón de Africa. Buganda es la parte más importante de Uganda. La capital es Kampala y viví y trabajé allí. Se trata de los años 1964 hasta 1967. Mi decisión de ir allí fue básicamente política. Fue una experiencia intensa. Africa conseguía su independencia. Examinamos nuevos modelos para organizar la sociedad. En Tanzania Julius Nyerere desarrollaba su teoría de Ujamaa según la cual el individuo se hace real a través de la cooperación social. Jomo Kenyatta había escrito su libro en Kenia. Incluso Milton Obote de Uganda exploraba nuevas ideas. Estábamos un grupo de estudiantes y profesores relacionados con la Universidad de Makerere. Examinamos otras ideas de otros países africanos. Refugiados de Africa del Sur, de Mozambique y de Rhodesia (ahora Zimbabwe) asistieron a nuestras tertulias en el City Bar en el centro de la ciudad. Había un fermento intelectual muy interesante. A propósito, mis amigos en Inglaterra no podían comprender por qué fui a Africa y no a Latinoamérica tras graduarme. Africa es más interesante, les contesté y para mí, lo fue entonces, en los sesenta.  Estaba consciente del consejo de Rimbaud (“Je quitte l’Europe”). Larrea me dijo más tarde, en Córdoba, Argentina, que había tomado una buena decisión. Fui a Argentina más tarde, en 1972, por mis estudios de doctorado.

Pues bien, Uganda comenzó correctamente,  con la democracia parlamentaria, estilo Westminster. Poco a poco, sin embargo, dejaron caer la democracia representativa e instalaron una dictadura. El peor momento fue la dictadura de Idi Amin. No estuve allí cuando tomó el poder, en los setenta, aunque sí testimonié un evento en 1966 cuando comenzó en serio su subida: el ataque contra el Palacio del Kabaka, el rey de Buganda, que hasta ese momento fue el presidente de todo el país. Me refiero a esto en el libro.

Todo esto ocurrió muy rápidamente. Hablo en el libro de “una carpeta comprimida de recuerdos”. Necesitaba sacarlos con cuidado. Lo que me pasó no tenía un sentido determinado. Mis ideas simplemente fluían. Escribí el libro africano como un intento de comprender mis experiencias. Creo que lo he logrado, parcialmente quizás, pero ya se verá. Sigo descubriendo cosas. Estoy planeando publicarlo en inglés con Verulamium Press aquí en St Albans y tal vez lo ofrezca en internet.

Zelada: ¿Estás trabajando en este momento sobre otro libro?

Gurney: Otro libro que sale pronto es La casa de empeño. Explora nuevamente esa ciudad de mi infancia feliz con sus fábricas de coches y sombreros. Lo escribí y lo publiqué hace ocho años bajo el título de Luton Poems. Durante varios años lo fui traduciendo al español y ahora está casi listo para salir con tu editorial Lord Byron Ediciones. Tal vez deba ser titulado Poemas a Luton. Es que uno de los poemas se llama ‘La casa de empeño’ y localicé una imagen de las tres bolas de la tienda del prestamista, de el monte de la piedad o casa de empeño. Son doradas y cuelgan en un triángulo de la pared de la tienda, que es de un ladrillo rojo intenso típico de las casas del periódo victoriano en Inglaterra. El problema es que no logro conseguir el permiso del fotógrafo que sacó la foto y lo puso en Flickr. No me contesta. De todos modos este libro fue escrito anteriormente a un periódo muy duro que acabo de  atravesar durante en el cual cuidaba a mi esposa que estaba y está gravemente enferma. Escribí el libro sobre Africa al final de ese periódo malo y La casa de empeño antes de ello. Estoy considerando el título Paraiso Infierno para el libro más reciente, sobre Africa.

Zelada:  Dicen que eres un pionero de la poesía intercultural. ¿Estás consciente de serlo?

Gurney: No estaba consciente de serlo, es decir que no buscaba conscientemente el rótulo. Lo oí por primera vez hace un año y me gusta. El problema para mí es que cuando estás consciente de algo hay un peligro que lo practiques de manera afectada y sé que tengo que evitarlo a toda costa. Dicho esto, es cierto que me puse en camino conscientemente en cierta fecha a explorar mi experiencia de Africa y América Latina. Esta empezó en las clases dadas por mi profesor de Español en Luton, el Sr Enyr Jones. Era argentino, galés patagónico, para ser preciso, de Gaiman en Chubut. Era muy diferente a los otros profesores. Me atrajo su sensibilidad y creo que la absorbí inconscientemente.  Más recientemente el poeta patagónico Andrés Bohoslavsky ha tenido una influencia importante en mí. ¿Si soy un poeta intercultural? Mira, en este momento, a pesar del peligro que acabo de advertir, es verdad que quiero lograr lo que se llama la interculturalidad, el ‘interculturalism’ en inglés.  La interculturalidad envuelve  el respeto del otro. El objetivo es no estar encima del otro diferente. Dediqué mi libro Poemas a la Patagonia a Enyr Jones y hasta cierto punto fue inspirado por él y por el escritor W.H. Hudson, nacido en Quilmes, provincia de Buenos Aires. Estudiamos Hudson en las clases de Inglés en el colegio: Far Away and Long Ago (Allá lejos y hace tiempo, relatos de la infancia) etc.  Poemas a la Patagonia se dirige a ese espacio cultural donde las estructuras no son rígidas. No es que quiero escapar de mi cultura natal. Muchos de mis poemas tienen raíces en el sitio donde nací y donde vivo o donde he vivido: Bedfordshire, Hertfordshire, Londres. No estoy desarraigado. Soy consciente que soy producto de algo extraño. Durante tres décadas daba clases sobre la poesía francesa, española y latinoamericana: primero la francesa, en los setenta, los románticos Lamartine, Chateaubriand, Musset, de Vigny, Hugo, Nerval etc, más tarde el simbolismo, Verlaine, Baudelaire Rimbaud y un poco de Mallarmé y, el tercer módulo, Valéry, Claudel, Reverdy, Apollinaire, Eluard, Larrea)1, luego la española en los ochenta y por fin, en los noventa, la española y la latinoamericana. Pasé cada semana preparando conferencias sobre Lorca, Alberti, Diego (amigo mío a quien entrevisté en Francia y Madrid), Larrea (también buen amigo), Jorge Gullén, Prados, Salinas, Aleixandre (intercambiamos cartas), Cernuda, Darío, Nicolás Guillén, Neruda, Vallejo, Huidobro, Pizarnik, Darío, Mistral. Hice referencias a muchos otros. Fue una experiencia excepcionalmente rica. En las nuevas universidades como la mía en Londres nos dirigimos no solamente a la clase media sino a la clase trabajadora. Todo parecía posible. Lo que había buscado en Africa se hizo posible en Londres. Tristemente se fué desmantelando poco a poco esa dimensión. Pero eso es otro asunto. Basta decir que esa sensibilidad que empecé a adquirir en mis clases de Español creció durante esas tres décadas. Sé que la vida es mucho más complicada y dura que esto pero te doy unas líneas importantes.

Zelada: ¿Te ayuda escribir en español?

Gurney: Sí, mucho. Por supuesto, mi español es más lento que mi inglés. Cuando escribo un poema en español tengo menos recursos.  No me viene mal. Me ayuda en lograr cierto nivel de minimalismo. Supone un proceso de depuración, de limpieza de los elementos superfluos del poema, que no le son necesarios y dañan el efecto. Me ayuda en crear un efecto más poderoso, concentrado y claro. Busco la claridad. Escribir en español me hace más preciso, más meticuloso. Mido cada palabra, asegurándome que sea la correcta. Me hace más lento e impide que me vuelva descuidado. Como sabes, empleo a menudo, no siempre,  un estilo o una técnica “stream of consciousness” – el flujo de la conciencia. En español, tras escribir primero el poema en inglés, puedo detener algo, el fluir de la conciencia, y definirlo mejor. Y puedo convertir, en cierta medida, ese monólogo interior en diálogo con el lector, dirigirlo, sacando de la oleada o del torrente las cosas innecesarias para la comprensión del poema. Tal vez sea la influencia del surrealismo español, un surrealismo más consciente que el francés. A veces escribo un texto directamente al español. Muchas veces creo una versión española de un original en inglés. La versión española no es siempre una traducción exacta del poema en inglés. Me siento más libre en español. El “qué dirán los otros” (ingleses) no me impide cuando sé que mis poemas saldrán en otro sitio. Sabes que Huidobro y Larrea escribieron en francés.

Zelada: ¿Cultivas el minimalista entonces?

Gurney: Al principio llamaba mi estilo minimalista. Suprimía los epítetos innecesarios, siguiendo el consejo de Huidobro. Sacaba inspiración de los poetas norteamericanos. Parecían  cultivar una poesía de honestidad y de sinceridad. Los hallé a través los argentinos Bohoslavsky, Rigazio y otros de la revista argentina Beat 57. Por ellos encontré Bukovski, Corso, Ferlinguetti, Ginsberg etc.  Lei Raymond Carver a quien alguien había traducido al español en Argentina. Conoces sin duda la poesía traducida de Raymond Carver. Encontré la poesía de Andrés Bohoslavsky y la traduje al inglés en 2004, creo, The River and Other Poems, El río y otros poemas. Para mí, fue como una revelación. El me pasó las cosas de Ginsberg, Carver, Ferlinguetti además de mucho material relacionado con la poesía europea que, en muchos casos, no todos, ya conocía. Tal vez haya que agregar que experimenté la influencia de los poetas latinos Virgilio, Horacio, Ovidio y Catulo en el colegio y en la universidad. Mi amigo desde los cincuenta, el poeta Bill Flint (‘el poeta callejero’ de unos de mis poemarios), ve la influencia de la poesía romana, latina, en mi minimalismo.

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Zelada: Pero todo esto es muy lejos de la poesía de Juan Larrea y la vanguardia hispánica, sobre quienes has escrito muchos artículos.

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Gurney: Tal vez estuviese bloqueado por Juan Larrea. Te dije antes que pasé mucho tiempo desde los años sesenta al estudio de Larrea y de los poetas modernos hispanos. Larrea y yo intercambiamos las primeras cartas en 1969. (Esa correspondencia va a salir en un año o dos). Bajo todo este estudio el poeta en mí quería salir pero no podía. Ser profesor puede secar a la persona creativa que uno tiene adentro – es por eso que Ian Gibson, mi mentor, abandonó su trabajo en la Universidad de Londres para ser escritor en Madrid, según me dijo allí en El Café Colonial de Madrid el Día del Libro de este año. Tras las tutorías de doctorado con Ian en Birkbeck College yo iba a The Mortimer Arms, un pub cercano, e intentaba escribir cosas, poema tras poema, pero francamente no eran buenos y los terminaba rompiendo.  Creo que la influencia de Larrea me afectaba. Su poesía me fascinaba. Estuve en contacto constante con él durante muchos años desde los sesenta hasta su muerte en los ochenta. Vitorio Bodini lo llamaba “el padre desconocido del surrealismo español”, un rótulo que no le agradaba a Larrea. Hablé de ello con Dalí en su casa de Port Lligat. Fue obvio que Dalí tenía un respeto profundo por él. Larrea creó textos complicados con imágenes difíciles y evidentemente
tuvo una influencia sobre mi imaginación. Mi ultimo poema ‘Horneritos’ revela esa influencia, esa presencia constante. Verás una imagen creacionismo casi surrealista, muy larreana, al final dedicada al “Shakespeare del mundo hispano” (palabras del poeta peruano Carlos Henderson), el gran poeta peruano César Vallejo (comunicación personal, Londres). El final del poema es:

Pero no es eso

lo que me llama la atención

sino la imagen

del horno de barro

en la pared

de la casa de Vallejo

en Santiago de Chuco.

 

Hay pájaros

que van y vienen,

entrando y saliendo

de su boca.

[Publicado en Canadá: http://zocalopoets.com/2013/07/31/robert-gurney-horneritos-ovenbirds/]

Necesitaba liberarme de la influencia de Larrea, en el nivel de la creación poética, pero no totalmente. Andrés Bohoslavsky me ayudó a hacerlo. Reaccioné contra la complejidad de Larrea e incluso la de Dalí. Reaccioné contra un surrealismo demasiado complicado y fui desarrollando un estilo más sencillo. Me siento cerca de Picasso, el amigo de Larrea (quien presenció la creación del ‘Guernica’)  en ‘Horneritos’.

Zelada: ¿Por qué no sigues los poetas ingleses?

Gurney: Si, los sigo, los leo, pero no los he estudiado académicamente tan profundamente como los poetas de habla española. Estudié la literatura inglesa en el bachillerato superior pero, no sé, muchos de los textos pertenecían, me parecía, a un mundo muy lejano al mío. Nací en una ciudad muy industrializada, con una clase obrera muy desarrollada.   Hablo de ello en mi último libro La libélula.  Leí en esa época las novelas del realismo norteño inglés, libros sobre ciudades industriales.  Esas novelas no figuraban en el programa de estudios. Estudiamos oficialmente a Jane Austen, E.M. Forster, que examinaban un mundo imperial o de clase que no era la mía. Me gustaron mucho Shakespeare y Chaucer y Spenser y Cecil Day Lewis. Verás las referencias a Chaucer en La libélula. A nuestro profesor de Inglés le encantaban las atmósferas de la literatura burguesa. Claro que fui formado por Shakespeare, Chaucer, Thomas Gray, John Donne, Dylan Thomas, A.E. Housman (A Shropshire Lad), John Keats, Thomas Hardy, John Clare, Wordsworth, Shelley, Lord Byron, Whitman, Pound, Larkin, Plath, Auden, Dickinson, Yeats, Eliot y D.H.Lawrence (éste bastante), Hopkins y muchos otros,  mi hermano, John Gurney, Ted Hughes,  pero, como te he explicado, mi imaginación iba por otros rumbos, bajaba o subía otros caminos, hasta que me perdí en una selva barroca de la cual fui rescatado por la poesía norteamericana y argentina.

1. London BA General, Hendon College of Technology, BA Modern English Studies, French Minor, Middlesex Polytechnic, BA Humanities, Middllesex University, 1969-1979).

 

 

2014: Interview with Ceri Shaw of Americymru, posted 7 December http://americymru.net/profiles/blogs/dylan-s-gower-an-interview-with-robert-edward-gurney

2014: Interview with Mark Rees of the South Wales Evening Post (Swansea) posted 14 September:
http://verpress.com/to-dylan-2014/). The unabridged version can be read at Dylan’s Gower 2014.

2014: On 23 April 2014 Robert Gurney was filmed in Madrid by TEI Televisión Educativa y Cultural Iberoamericana reading his poems for a series of TV programmes on contemporary poets writing in Spanish. Here he reads his poem ‘Bacon’ from his book La casa de empeño/The Pawn Shop (Lord Byron Ediciones, bilingual edition, 2014):

http://www.nciwebtv.tv/H5/video-12016-el-poema-de-la-semana-t3-robert-gurney.htm

NCI Noticias culturas iberoamericanas, Tercera temporada, Programa 14.

Asociación de las Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas. ATEI / Fuencarral 8 Madrid 28001

2013: Entrevista: Leo Zelada (Peru-Madrid)- Robert Gurney
http://www.nci.tv/index.php?option=com_content&view=article&id=11824:entrevista-a-robert-gurney-el-fotografo-verbal&catid=36&Itemid=144

Video: 2007, Impressions from Luton film made by Mekhela Deva containing readings from Luton Poems, 2005.

http://www.youtube.com/watch?v=NsV0-AZDwbw

Uploaded by Mekhela Deva on Nov 22, 2011
Impressions from Luton a student film made on a shoestring budget by the Indian journalist Mekhela Deva. She pieces together the town’s history and its multicultural fabric through the narrative of two Englishmen, poet Robert Gurney and Andy Gayler, journalist with The Luton News. MA project University of Bedfordshire, 2007. Starting point: Luton Poems (2005) by Robert Gurney.

Bev Craig 2007

Bob’s poems will paint a brighter picture of Luton

November 
2007 
16:50

Published 25/11/2007 06:18

New book shows town can be an inspiration for art

An author preparing to publish his second book of poetry about Luton says he’s trying to create positive images of his first home.

The former Middlesex University Spanish lecturer took early retirement so he could devote himself to writing.

And Luton has proved an absolute inspiration to this one-time Luton Grammar School boy.

“I had such a happy childhood here,” he said. “Luton has a magical quality for me. And even though it was quite a rough place when I was growing up, it taught you how to survive.”

Bob reckons he wrote his first poem when he was a teenager.

“I must have been 15 and it was about the paving stones in Wardown Crescent, where we lived,” he recalled. “We could hear people walking down the street and it echoed all through the house.

“It became an obsessive sound for me. I wouldn’t say it was poetry, but it was the first piece I remember writing.

“When I was younger a group of us used to meet in a coffee bar to talk about essence and existence and what was meaningful.

Poetry has always been extremely meaningful to me. Bert Flint was in that group. He was a street poet and used to make things up on the spot. I thought that was fantastic.

“When I write – especially in Spanish – it’s like a medicine, a tonic. It’s like I’ve been to the gym and feel totally alive.

“It makes me think of the time I worked as a hod carrier when they were building Wardown Court. My whole body pulsated with health. Instead of feeling shattered at the end of the day, I felt unexpectedly elated. I feel the same kick when I’ve given a good lecture.”

Bob also finds working at a computer screen liberating.

“Looking at that empty black screen allows your imagination to come up from your sub-conscious. It’s a tremendous inspiration,” he said.

“Poets [ … ] should reach a wide audience encompassing everyone from all walks of life,” he added.

Bob went to St Andrews University and spent a year teaching and as an auditeur libre at the Sorbonne in Paris, as well as studying in Salamanca, Córdoba (Argentina) and the University of London.

He also spent several years in Uganda, where, at Makerere, he took a Dip Ed.

Bob, who is married with two sons, launched Verulamium Press three years ago [2004] because there are so few publishing houses interested in poetry.

He has printed several books including Poemas A La Patagonia and The River And Other Poems, a translation of the work of Argentinian poet Andres Bohoslavsky.

Copies of Luton Poems (2005) by Robert Gurney are available for £10 from bob@verpress.com.

Edited version of an interview conducted by Bev Craig 2007

(Luton News and Dunstable Gazette)

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Una entrevista con Robert Gurney 
por Lya Ayala Vallejo
27 de Julio de 2009

Robert Gurney posee el secreto de las palabras. Es un poeta conocedor de lo mejor de las corrientes modernas de la literatura europea y de la esencia de los descubrimientos literarios americanos. Gurney nació en Luton, Bedfordshire, Inglaterra. Maestro de literatura latinoamericana y poesía francesa moderna. Estudioso de la obra de Juan Larrea. Ha escrito ensayos y traducido a otros poetas.

Su obra comprende Poemas a la Patagonia, Luton Poems, El Cuarto Oscuro y otros poemas, Nueve monedas para el barquero; prepara Luton Poems 2. Actualmente es lector honorario de la Universidad de Gales.

Los invitamos a una conversación con un poeta profundamente auténtico y comprometido con la belleza de la poesía.

Ayala Vallejo: Robert, háblenos cómo divide su vida entre en St Albans, Hertfordshire y su trabajo actual en Gales. 

Gurney: La verdad es que ahora pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en St Albans, cerca de Londres. Mi esposa es de Gales, del condado de West Glamorgan. Vamos de vez en cuando a la aldea de Port Eynon, no lejos de Swansea. Mi suegro, el inventor Dr George Donovan, compró una casa allí. Paddy, mi esposa, no está muy bien de salud y ella y yo vamos allí con menor frecuencia. Nos gusta pasar el mes de agosto a orillas del mar – hace menos calor en Port Eynon que en St Albans en ese mes. Con los cambios del clima creo que pasaremos más tiempo allí. El ambiente en Gales es propicio a la poesía. Valoran más sus poetas. Busco y encuentro inspiración en esa península, The Gower Peninsula, y en las pequeñas ciudades y las aldeas del país. Como sabe, Dylan Thomas nació en Swansea. Uno siente su presencia en muchas partes. Respecto a mi trabajo en la Universidad de Swansea, es lo que se llama un ‘honorary lectureship’. No me pagan. No recibo un sueldo.  Doy una charla. Tengo acceso a la biblioteca. No es gran cosa. Mis escritos pueden ser incluidos en la lista de publicaciones de la Universidad. Cuando escribí esa frase ‘Divido mi tiempo entre Inglaterra y Gales’, íbamos allí con mucha más frecuencia. 

Ayala Vallejo: Tuvo usted un maestro de español argentino. ¿Fue él quien lo indujo a conocer la literatura latinoamericana?

Gurney: Escribí una vez: ‘Mi primer profesor de español, en el liceo de Luton (Bedfordshire), el Señor Enyr Jones, era argentino, precisamente patagónico galés, de Gaiman. Las clases del argentino en Luton Grammar School eran una oasis de paz, amistad e inspiración: un grupo pequeño en la biblioteca, sentado en un círculo alrededor de una mesa elegante de madera, con los diccionarios  de la biblioteca  esparcidos en la mesa.’ Sí, fue él quien me introdujo un poco a la literatura latinoamericana pero, la realidad es que fue mi amigo, el poeta Juan Larrea quien realmente me abrió los ojos a la obra de poetas como César Vallejo y Vicente Huidobro, que eran sus amigos en París. Hice mi tesis doctoral sobre Larrea y tuve que estudiar sobre todo la influencia de Huidobro sobre él. Lo exploro en mi libro La poesía de Juan Larrea, Universidad del País Vasco, 1985.  Con el tiempo, empecé a dar clases en la Universidad de Middlesex (Londres) sobre Vallejo y Huidobro y sobre Rubén Darío (otro poeta de Larrea), Nicolás Guillén, Pablo Neruda, Alejandra Pizarnik,  Gabriela Mistral y otros. En la Universidad de St Andrews, en Escocia, estudiamos principalmente la literatura española, de España. En el liceo, recuerdo la novela Pensativa de José Goytortúa Santos, Don Quijote de la Mancha y Novelas ejemplares de Cervantes, Zalacaín el aventurero de Pío Baroja. Estudiamos más la novela. Me interesaba la personalidad del profesor. Hablaba español con un acento galés. Era diferente a los otros profesores. Yo no lo sabía entonces pero iba a tener un rol importante en mi vida. Aprendimos el español de la Patagonia. Mi libro Poemas a la Patagonia sale en Madrid en noviembre o diciembre.  Este poema lo explica mejor:

Robert Gurney entrevistado por Leo Zelada, 2013

Leo Zelada: Eres un poeta peculiar, eres inglés pero publicas muchos de tus poemas y libros en castellano, ¿a qué se debe ello?

Robert Gurney: Dos cosas. Una: soy consciente que soy producto de algo extraño. Durante tres décadas daba clases sobre poesía francesa, española y latinoamericana: primero la francesa, en los setenta (Lamartine, de Vigny, Nerval, Musset, Hugo etc, London BA General) , luego la española y por fin, en los noventa, la española y la latinoamericana. Pasaba cada semana preparando conferencias sobre Lorca, Alberti, Diego (amigo mío a quien entrevisté en Francia y Madrid), Larrea (también buen amigo), Jorge Guillén, Prados, Salinas, Aleixandre (intercambiamos cartas), Cernuda, Darío, Nicolás Guillén, Neruda, Vallejo, Huidobro, Pizarnik, Darío, Mistral. Dos: encuentro que las palabras españolas tienen un grado de claridad parecido a las de orígen anglosajón. Muchas son cortas y transparentes. No existen muchas dudas acerca de lo que significan. Tal como me gustaba hablar el francés y me resultaba una experiencia muy liberadora, así encuentro la experiencia de escribir en español igualmente liberadora. Tal vez la palabra liberación no sea exacta. Para mí el español da una pátina exótica a mis imágenes. Por ejemplo puedo tomar unas imágenes de una ciudad que ha sufrido bastante el desarrollo industrial, Luton, y, en español, adquieren un brillo surrealista. Trato de hacer exótico lo familiar y cotidiano lo exótico.

Leo Zelada: ¿Cuando empezó tu acercamiento con la poesía en español?

Robert Gurney: No estudiamos la poesía española sistemáticamente en el colegio con la excepción de unos poemas sueltos en la clases de gramática. Empezamos de verdad en la universidad. El catedrático de Español, Profesor L.J. Woodward (“Ferdy”) era amante de la poesía. Hay que decir que mi acercamiento a la poesía en español, mi amor a la poesía hispánica, empezó en los años que pasé en la Universidad de St Andrews en Escocia, desde 1959 hasta 1964. Pasé un año en París, 1962-63, y asistí a las clases en la Sorbona pero hay que subrayar que el estudio en profundidad de la poesía en español empezó en Escocia con Ferdy Woodward. Luego, al volver de África, con Ian Gibson entré en el mundo de la vanguardia hispánica: Larrea, Vallejo, Diego, Huidobro, etc, los creacionistas y los ultraístas.

Leo Zelada: ¿Cómo definirías tu poética?

Robert Gurney: ¿Mi poética? Escribí en internet una vez, en Poéticas de Ketty ( Lis (http://www.poeticas.com.ar/), sobre el tema y de la cual extraigo los siguientes fragmentos : “ Me esfuerzo por crear una poesía minimalista. Como Huidobro, borro el adjetivo que no agrega nada. Busco una poesía a menudo gráfica. ¿Para qué? Busco la verdad, no la verdad masiva de la brocha gorda sino las pequeñas verdades de la vida. No siempre vemos las pequeñas cosas. Las persigo…Absorbo cada día palabras de anuncios, tanto viejos como nuevos, escenas o voces del mercado, e-mails, periódicos, la televisión, películas, cuadros, fotos, los movimientos de los animales y pájaros del jardín. En mis textos hay una mezcla de realismo objetivo e imaginación subjetiva…Escribo para el público más amplio, desde el obrero en la fábrica o en el campo hasta el crítico y el académico de la clase media …Mi imaginación es gráfica. Mi memoria es gráfica. Muchos de mis poemas describen los sentimientos que tengo al ver aparecer unas imágenes en la pantalla de mi imaginación o en la página. Mi padre era fotógrafo. Mi abuelo materno, que murió antes de mi nacimiento, era fotógrafo. Secaba sus placas en las ventanas de su casa. Mis hijos son fotógrafos, sobre todo el menor. El enseña Fotografía. Me rebelé contra la tradición familiar, salvo en mis poemas. Muchos de mis poemas son fotografías verbales, aunque a veces requieren un pequeño acto de reflexión por parte del lector. Para lograr la claridad, intento ser lo más minimalista posible…No uso los epítetos a menos que sea imprescindible. Los epítetos pueden crear una niebla de connotación. Pueden matar un poema, como dijo Vicente Huidobro. ¿Cuántos poemas han sido escritos en inglés en los cuales un epíteto espléndido, magnífico, hermoso tras otro crea una niebla para el lector, haciéndolo retroceder?

Leo Zelada: En tu último libro Dragonfly en versión bilingüe castellano-inglés haces un homenaje a Luton y a ciertos poetas en lengua española, lo cual me habla de una persona que habita entre dos mundos y dos culturas literarias que se entrecruzan en sus textos ¿ se podría decir que la interculturalidad atraviesa tu literatura?

Robert Gurney: No estaba consciente de serlo, es decir que no buscaba conscientemente el rótulo “intercultural”. Lo oí por primera vez, relacionado con mis textos, hace un año y me gustó. El problema para mí es que cuando estás consciente de algo hay un peligro en praticarlo de manera afectada y sé que tengo que evitar eso a toda costa. Dicho esto, es cierto que me puse en camino conscientemente en cierta fecha a explorar mi experiencia de África y América Latina. Esta empezó en las clases dadas por mi profesor de Español en Luton, el Sr Enyr Jones. Era argentino, galés patagónico, para ser preciso. Era muy diferente a los otros profesores. Me atrajo su sensibilidad y creo que la absorbí inconscientemente. Más recientemente el poeta patagónico Andrés Bohoslavsky ha tenido una influencia importante en mí. ¿Si soy un poeta intercultural? Mira, en este momento, a pesar del peligro que acabo de advertir, es verdad que quiero lograr lo que se llama la interculturalidad, el ‘interculturalism’ en inglés. La interculturalidad envuelve el respeto al otro. El objetivo es no estar encima del otro diferente. Dediqué mi libro Poemas a la Patagonia a mi profesor del colegio, Enyr Jones, y hasta cierto punto fue inspirado por él y por el escritor W.H. Hudson, nacido en Quilmes, provincia de Buenos Aires. Estudiamos Hudson en las clases de Inglés en el colegio: Far Away and Long Ago (Allá lejos y hace tiempo, relatos de la infancia) etc. Hay poemas escondidos en su prosa. Poemas a la Patagonia se dirige a ese espacio cultural donde las estructuras no son rígidas. No es que quiero escapar de mi cultura natal. Muchos de mis poemas tienen raíces en el sitio donde nací y donde vivo o donde he vivido: los condados de Bedfordshire, Hertfordshire, Glamorgan y, por supuesto, Londres. No estoy desarraigado.

Leo Zelada: ¿Cuales son tus próximos proyectos?

Robert Gurney: Otro libro que sale pronto es La casa de empeño. Explora nuevamente esa ciudad de mi infancia feliz con sus fábricas de coches y sombreros. Lo escribí y lo publiqué hace ocho años bajo el título de Luton Poems. Durante varios años lo fui traduciendo al español y ahora está casi listo para salir con la editorial Lord Byron Ediciones. Tal vez deba ser titulado Poemas a Luton. Es que uno de los poemas se llama ‘La casa de empeño’ y localicé una imagen de las tres bolas de la tienda del prestamista, del monte de la piedad o casa de empeño. Son doradas y cuelgan en un triángulo de la pared de la tienda, que es de un ladrillo rojo intenso típico de las casas del período victoriano en Inglaterra. Estoy considerando el título Paraiso Infierno para un libro más reciente, que trata sobre África.

Sr Jones

 

En aquellos tiempos

justo después de la guerra

muchos de nuestros profesores

tenían jardines secretos.

 

No era normal

que nos permitiesen

entrar.

 

Pero había uno,

el Sr. Enyr Jones,

de Gaiman,

en la Patagonia,

que tenía tal sitio

y que nos dejaba entrar.

 

Nos paseaba

por ahí,

distraídamente,

señalando el césped

y las flores

que en España

tenían nombres diferentes.

 

 

Quizás

los otros jardines

no existían de verdad,

pero el suyo sí.

 

De mi Luton Poems, Verulamium Press, 2005

Ayala Vallejo: ¿Las conversaciones con Juan Larrea le influyeron en su inclinación hacia la poesía?  ¿Cómo fue ese encuentro y qué le dejó como intellectual?

Gurney: Las conversaciones con Juan Larrea en Córdoba, Argentina, en 1972 fueron electrizantes. Me cambiaron. Empecé mis investigaciones sobre él en 1968. Existe también una correspondencia (inédita hasta la fecha) en la cual hablamos acerca de la poesía. ¡El pensó que yo era jesuita porque le escribí por primera vez desde la Universidad de Deusto en Bilbao! Nací anglicano. El me dió una comprensión de la poesía más profunda. Gerardo Diego me había dicho que Larrea era el más profundo de los poetas españoles. Pero hay que decir que escribí mi primer poema a la edad de quince años. Y hay que agregar que el modelo de Larrea era difícil para mí. Su poesía emplea las imágenes. Mis poemas derivan de imágenes. Pero somos muy distintos. Casi se puede decir que en mi poesía minimalista me rebelé contra su influencia. Tuve que separarme de él. Le hubiera escandalizado a Larrea, porque eran enemigos, pero me acerqué a Neruda.

Ayala Vallejo: El lenguaje en su poesía es coloquial, pero de una densidad extraordinaria. Cuéntenos sobre su lenguaje poético.

Gurney: Sí, uso un lenguaje colloquial, siguiendo el ejemplo de los poetas Beat norteamericanos y la poesía de Nicolás Guillén. Escribí esto hace unos años:

Mi poética

Vivo un poco fuera del tiempo y el espacio. Me encanta imaginarme en un campo —hace siglos— espantando los cuervos o verme pasear a orillas de los ríos de la Patagonia.

Me esfuerzo por crear una poesía minimalista. Como Huidobro, borro el adjetivo que no agrega nada. Busco una poesía a menudo gráfica. ¿Para qué? Busco la verdad, no la verdad masiva de la brocha gorda sino las pequeñas verdades de la vida. No siempre vemos las pequeñas cosas. Las persigo.

Me gustan los sencillos actos de la humanidad: una sonrisa, una lágrima y los de la naturaleza: de una hormiga o una culebra. El cultivo está hecho de mil pequeñas cosas, como un mosaico. Es así la vida. Absorbo cada día palabras de anuncios, tanto viejos como nuevos, escenas o voces del mercado, e-mails, periódicos, la televisión, películas, cuadros, fotos, los movimientos de los animales y pájaros del jardín.

En mis textos hay una mezcla de realismo objetivo e imaginación subjetiva. Confieso que, al estilo de Raymond Carver, cambio a veces unos detalles para producir cierto efecto y mi imaginación puede arreglar las cosas según sus propias leyes.       

Creo que no es siempre el poeta quien crea los poemas. Es otra cosa. Es decir, creo en la inspiración.

La poesía Beat me ha influido bastante. El simbolismo francés, el surrealismo y el ultraísmo también, aunque ahora sé que estoy bastante lejos de estos tres últimos.

Mis amigos dicen que mis poemas sugieren cosas, que no lo dicen todo. No busco ese efecto. Ocurre, probablemente, como resultado de mi minimalismo. Otros dicen que hay ironía en mi poesía. Sin duda, pero ocurre naturalmente, sin que yo lo busque.

Escribo para crear un espacio personal dentro de las narrativas que quieren absorber mi generación: el cristianismo, el socialismo, el capitalismo. De vez en cuando nos quieren aplastar o nos arrastran. Quiero encontrar un hueco, un sitio, un espacio donde poder ser yo mismo, donde poder respirar. La poesía es ese sitio para mí y, creo, para mis amigos.

Me encantan las cosas que van desapareciendo, tal como un mural en una casa en el Valle de Río Negro. Mis amigos dicen que mis poemas son a veces tristes, melancólicos. Me inspira mucho lo que ya no existe. Me gusta el pasado, las cosas que viven en mi memoria. Sin embargo, no descarto la realidad actual. Está en mi poesía.

Ayala Vallejo: ¿Concibe sus poemas en inglés o español? ¿Los escribe en ambos idiomas?

Gurney: Concibo mis poemas en inglés y en español. Si me inspira un texto en español, el poema sale en español. En realidad, no concibo mis poemas en palabras. A menudo veo una imagen en mi mente y el poema crece desde ahí, adquiriendo la carne de las palabras. Mi lenguaje es sencillo. Puedo traducirlo facílmente, del inglés al español o viceversa. Larrea y Huidobro pensaban que la poesía de imágenes puede traducirse sin dificultad a otras lenguas. Como sabe, escribían en francés también. Su ejemplo me es importante. Hay que subrayar que con frecuencia, cuando me pongo a crear una versión en español de un poema que escribí en ingles, el poema español sigue otra trayectoria. No es una traducción. Larrea me dijo varias veces que sus poemas en francés eran más duros que los que escribía en español. Te dije una vez que uno puede ser más feroz en una lengua extranjera.

Ayala Vallejo:  ¿Cómo es el proceso de creación de su obra, cómo la inicia, cuándo lo hace y dónde?

Gurney: Leo muchas cosas, cualquier cosa: periódicos, revistas. Me agarra una imagen. Duerme en mi imaginación. Un día siento que el pájaro quiero salir del huevo. Me pongo a escribir con la computadora. Tengo un Mac. No puedo trabajar muy bien con una pluma. Hago muchos cambios. Dejo el poema colgado en la pantalla. Vuelvo a él. Lo pulo. Lo reduzco, mucho, mucho. Borro las repeticiones. Pulo la imagen, como Gautier. A veces veo que hay dos o tres poemas en uno. Los separo. Intento crear un final interesante que sorprenda, asuste, conmueva, divierta o ilumine el concepto central. Muchas veces hay un concepto en el corazón del poema, es decir, no una imagen sino una idea.

Ayala Vallejo: En su poema ‘La Mujer de blanco’ hace referencia a Robert Graves en el cierre. Graves veía en esa mujer de blanco o mujer de negro, una asimilación y representación del espíritu de la poesía. También es una declaración personal de su concepto de la poesía.

Gurney: Para decir la verdad, no sé. Me atrae esa idea pero estoy …  soy consciente de las ideas de Jung y, no sé, no quiero entrar demasiado en ese mundo de las categorías que carecen de vida. A veces creo sentir la presencia de un espíritu o una presencia feminina en los momentos en que tengo la sensación de estar cerca de la Belleza. No lucho por alcanzarla. Ocurre de vez en cuando, cuando logro, en mi imaginación, una fusión de dos o tres realidades que son normalmente distintas o lejanas, una de la otra. Como en mi poema ‘Estatuas’ que tiene la base de un verso de Juan Larrea pero combina una visión de una niebla que desaparece sobre el parque de Verulamio en St Albans y las estatuas de mujeres tendidas al suelo en el Parque Henry Moore en Much Hadham, Hertfordshire. Alguien robó una de esas estatuas. Desapareció. Escribí ese poema. (Larrea me dijo en Córdoba que vacilaba entre “estatuas visibles” y estatuas invisibles” al escribir ese poema suyo.)  ¿Ella es blanca, o gris? A menudo representamos la Belleza con la forma de una mujer.  Sé, o creo,  que es una ilusión, una especie de espejismo.. No quiero hablar de la ánima y del alma. Y tengo que confesar que no soy muy fuerte en las teorías o las especulaciones de Robert Graves (The White Goddess). Creo que digo al final de ese poema que tengo leer ese libro. Lo hojée hace mucho. Es posible que esté en una caja en el techo. Cuando era muy joven leí y estudié las imágenes de un libro de George Bernard Shaw (que vivía cerca de aquí)The Adventures of the Black Girl in Her Search for God (and Some Lesser Tales). Mi mujer de blanco en esa época era una mujer negra. Estas cosas son el producto del condicionamiento cultural, de los accidentes de la vida. 

Esto salió en el internet:

El robo de la estatua de Henry Moore

El libro de Robert Gurney, Luton Poems, Verulamium Press, St Albans, 2005, contiene un poema inquietante titulado ‘Estatuas’. Lo inspiraron dos cosas: la primera, el recuerdo de una visita a la Fundación Henry Moore en la aldea de Perry Green, Much Hadham, Hertfordshire, Inglaterra y la segunda, un comentario hecho a Robert  por el poeta español Juan Larrea en Córdoba, Argentina en 1972. Hablaban de un poema de Larrea , cuando éste le mencionó a Robert que cuando lo escribió estaba indeciso acerca de cierta imágen. Al momento de escribir el poema no podía decidir si quería poner ‘Hará un frío de estatuas visibles’ o ‘Hará un frío de estatuas invisibles’. ‘Visibles’ o ‘invisibles’. La conversación fue rápida y Robert no tuvo la oportunidad de preguntarle a Larrea qué quería decir exactamente. Los dos versos permanecieron en la cabeza del poeta inglés y un día, no hace mucho tiempo, al presenciar la desaparición de la neblina  en un parque de St Albans, su significado se volvió claro. Una línea significaba que en cierto momento del futuro la gente podrá ver las cosas claramente, y la otra que no las verá.  Larrea, señalado por un crítico como “la voz de la república” (española), decía  que no estaba seguro, cuando escribió el poema, antes de la Guerra Civil, en qué sentido o dirección  irían  las cosas. Al darse cuenta de esto, Robert compuso ‘Estatuas’:

Estatuas

 

          a Juan Larrea

 

Hacía un frío
de estatuas invisibles.

Luego la niebla
se disipó
y vimos
una mujer gigantesca
acostada en la hierba.

Hace un frío
de estatuas visibles.

Ayala Vallejo: Robert, ¿qué corrientes literarias han influido en su obra?

Gurney: Las corrientes que han influido en mi obra son sin duda el surrealismo, un surrealismo más consciente, de Eluard, Dalí, Lorca. (Larrea me dijo no le gustaba nada el rótulo de padre del surrealismo español.) Hay muchas referencias a Larrea en mis poemas y a Vallejo y a Dylan Thomas: los poemas de Larrea, los ejemplos, como poetas, de César y Dylan. El poeta argentino Andrés Bohoslavsky me ha influido muchísimo. Al leerlo, produjo en mí un cambio profundo. Pude separarme del peso de Larrea que llevaba. La poesía Beat, Bohoslavsky, Sergio Regazio, Bukoski, Raymond Carver. Ahora me encuentro tal vez más allá de la poesía Beat y más allá del posmodernismo. Me interesa ahora el concepto del altermodernismo, un término inventado por Nicholas Bourriaud, del Tate Modern. Intento crear un vínculo entre el presente al pasado, entre lo cercano con lo que está lejos.

Mire este poema. Contiene una aspiración y se refiere a la autores que me interesaban cuando lo escribí hace varios años: 

La caja

 

Hay un mercado medieval

en St Albans

los miércoles

y los domingos.

 

Voy allí

a buscar libros.

 

Hoy encontré

Rimbaud Complete,

2002,

Dylan Thomas’s Wales,

sin fecha.

 

Rebuscaba

Carver, Ferlinguetti,

Bukoski, Corso

cuando algo

me llamó la atención.

 

En los costados

de la caja

se veían imágenes

de peras y manzanas

y la palabra GAUCHO

repetida muchas veces

y “Kleppe S.A.

Cipolletti

Río Negro”.

 

Apenas podía creer lo que veía.

 

“¿Qué le pasa?”

me preguntó

el puestero.

 

“Tengo un amigo

en Cipolletti,”

le dije.

 

“Suena un sitio raro,”

contestó.

 

“Tengo esa caja

desde hace

varios años,”

agregó.

 

“Debe cuidarla,”

le dije.

“Un día

valdrá una fortuna.”

Ayala Vallejo: La poesía amorosa está ausente de su poesía, ¿por qué?

Gurney: Me sorprende esta pregunta. No sé por qué. Es cierto lo que dice. Tal vez sea demasiado ‘inglés’. Quizás esté mal visto aquí hablar del amor en público! Es algo muy íntimo entre dos seres humanos. Para mí, sería casi una traición escribirlo en la página, ponerlo en el espacio público, para gritar ‘Miren ustedes lo que pasa entre mí y mi amada’. Creo que dice en español ‘Yo no soy de los que dan el beso de Judas’ (en inglés, ‘I am not the kind to kiss and tell’).  No me gustan las personas que le dan un beso a alguien y luego lo dicen a los periódicos. Un poeta patagónico me dice que ve la tranquilidad de mi relación con mi esposa en mis poemas (Ramón Minieri). Hay referencias a ella en ellos. Cuando uno tiene mi edad, no anuncia con bombos y platillos esas cosas.

Ayala Vallejo: Y sin embargo, el tema de la muerte si aparece de forma peculiar en su poesía, como en el poema ‘Cara’.

Gurney: El tema de la muerte, es el tema central de la Humanidad. ¿Cómo es posible que vayamos a morir? Es el tema de Unamuno. Queremos vivir para siempre pero nuestras vidas son cortas. Perdí muchos de mis mejores amigos cuando eran jóvenes. Hoy oí que un amigo, que vivía cerca, el escritor Hans Seelig, que, de niño, huyó de los Nazis, en las calles de Viena, acaba de morir.  ‘La Cara’ se refiere a una near-death experience. Cuando tenía, no sé, tres o cuatro años, dos chicos mayores me empujaron al lago. Casi me ahogué.  Fui rescatado por la única persona que estaba en el parque ese día del invierno. No es una obsesión mía, es un hecho. La mayor parte de la gente va marcha atrás. No la ven. No referirse a ella sería falso, sería superficial. Al decir eso, no creo que mis poemas son demasiado negros en ese aspecto. Perdí a mi padre, mi madre y mi hermano en pocos años. Tal ves por eso entrara el tema. Un soldado de Idi Amin quiso matarme una vez en Kampala. Tiró a boca de jarro. La bala pasó muy de cerca. Tengo la sensación que todo es muy precario, inestable, fugaz. Los edificios de mi juventud ya no existen. Otros suben en su lugar. Pero yo sigo viviendo. Es que rechazo las amenazas de ella. No me atrevo a decir más. Necesito reflexionar más sobre esto. Vivo un poco fuera del tiempo. Cuando vuelvo, veo que todo o mucho ha cambiado. Incluso los vecinos se han ido y otros han llegado. Un amigo mío, en América Latina,  con quien intercambio mails casi todos los días es también un superviviente. El también tuvo un near-death experience. Tenemos mucho en común. Creo que esa experiencia, de la muerte-casi, de joven, me dió cierta mentalidad o actitud hacia la vida y la muerte.

Para mi, lo importante es la belleza. Sé que lo feo entra a veces, pero aspiro a crear algo que sea hermoso. No sé lo que es pero la siento acercarme a veces.  Cuando Rimbaud exploraba lo infinito, tenía la misma sensación que Ella, la belleza,  estaba cerca.

Ayala Vallejo: Encuentro en sus poemas ‘Infinidad’, ‘Infinidad casi’, ‘La belleza’ … un ambiente de paz y reflexión. La sensación que producen es de alivio espiritual. ¿A qué cree que se deba este efecto? 

Gurney: Lya, es que, de vez en cuando, busco las situaciones en las cuales encuentro ese ambiente de paz y reflexión, ese alivio espiritual. No son situaciones reales. Es decir, no me pongo al borde del abismo con el lápiz o el bolígrafo en la mano:

La belleza

(La belleza provee el refugio de la futilidad
donde contemplamos el significado de todo.
Anón.)
Me refugio
del viento del este
detrás de un muro de piedras hermosas
en la Cabeza del Dragón
y contemplo el sol
y el horizonte
que desaparecen.Creo ver caer
al mar
a un poeta.
Son situaciones que recuerdo, situaciones en las cuales me encontré una vez, en el pasado. Las recuerdo en mis poemas:

Infinidad

 

                          a Arthur Rimbaud

 

 

Sentado en lo alto,

en el alcantilado

de Worm’s Head

contemplo el sol

que se pone.

 

Una mancha roja

se pierde

tras una cortina de gris.

 

Poco a poco el mar

desaparece.

 

El mar se va,

con el sol,

susurra Rimbaud.

De El cuarto oscuro y otros poemas, Madrid, 2008

 

 

Infinidad, casi

 

                                 a Thomas Gray (1716-1771)

 

 

La bruma empieza

a deslizarse

sobre la tierra.

 

El primero

que se va

es el mar.

 

Cubre

las pirámides

de las dunas.

 

Sube la calle

poco a poco

devorando el pub

“El Barco”

y el restaurante

“La Mesa del Capitán”.

 

La iglesia de San Catwgg

se hunde.

 

Las copas de los árboles

desaparecen

seguidas de los acantilados.

 

Sólo se ven

los cuervos.

 

Y escucho

el sonido triste

de la boya

en la bahía.

 

 De El cuarto oscuro.

No siempre. Hay un poema que tiene lugar en el jardín de George Bernard Shaw en Ayot St Lawrence, una aldea cerca de Saint Albans. La casa se llama Shaw’s Corner. Es un pequeño museo ahora. Creo que escribí ese poema después de ir allí con mi hijo William.

Shaw’s Corner

 

La paz

es indescriptible

como lo es

la vista

desde esas

sillas

al lado

de la puerta

de la casa

de Shaw.

 

Mi hijo

estuvo sentado

en una,

yo

en la otra.

 

Aspiramos

el silencio.

Existe otras versiones de este poema. Cada una es una etapa en la consecución de la forma final. Reduzco, borro cosas, corto hasta que llego a la esencia de la experiencia. Bueno, lo escribí después de la visita a la casa de Shaw, pero no mucho después. No es una experiencia recordada a distancia. Necesito la computadora para lograr ese proceso de purificación. (Hay otra palabra relacionada con los poetas místicos españoles, no la encuentro.) Sin ella, la compu, el papel sería un montón de correcciones y modificaciones caóticas. Vale, podría usar papel y escribir la versión final así pero el problema es que nunca estoy seguro que he pulido el poema bastante. 

Volviendo al tema de la memoria, Proust me influyó mucho. Teníamos en Luton la que era, en esa época de mi juventud, la mejor biblioteca pública de Europa del Oeste, con más libros que cualquier otra, fuera de las universidades. (La ciudad tenía mucho dinero en los sesenta por poseer una fábrica de coches y camiones, Vauxhall Cars y Bedford Trucks.) Tenían libros sobre los dibujos y experimentos de Dalí, Tenían los libros de Proust: A la recherché du temps perdu. Los leí todos. Vi como él, Proust, cultivaba su memoria. He seguido su ejemplo, Cuando describo la paz experimentada en un balcón que da sobre las nubes en la provincia de Kigezi, en el sur de Uganda, es como si estuviera allí ahora. Larrea, en la película que no hizo, en colaboración con Luis Buñuel, Ilegible, hijo de flauta, describe una caja que llega a una playa sudamericana. El protagonista Ilegible, la abre y sale todo el bagaje del pasado, incluso personajes de La vida es sueño de Calderón. Abro la caja de mi memoria. Salen los mismos personajes y muchos otros. Salen las hormigas de Centroamérica, que vi en la selva guatemalteca.  Esos recuerdos salen y figuran, purificados, en mis poemas. Exploto mi experiencia. Cuando era joven, no había vivido, no había tenido muchas experiencias. No es que rechazo el presente. Mi libro que sale en Madrid en diciembre (título pendiente) explora el pasado, el presente y como los dos se entrelazan.

Lo que explica más, tal vez, el fenómeno que describes es el hecho que mi padre era fotógrafo. Lo acompañaba siempre, cuando podía. El tenía una de esa cámaras viejas. Pasaba mucho tiempo arreglándola, componiendo la escena. Lo hacía sin hablar, Esos actos de concentración me influían sin duda. El era realmente un artista. Me indicaba la belleza de una escena del campo del Bedfordshire o del Hertfordshire. Creo que heredé mi imaginación fotográfica de él. Un abuelo y un bisabuelo era fotógrafos. Mi poemas, en general, son gráficos. Estoy buscando todo el tiempo un grano visual, una fotografía en mi mente, si se puede decir algo así.  El trabajaba en blanco y negro. Son los colores de la memoria y de los sueños. Pudiera decirse que esos recuerdos son como sueños, que mi vida se ha convertido en un sueño. Tengo que confesar que me da una enorme satisfacción personal cuando termino un poema que considero un logro o un éxito. Nuestras vidas son breves pero la poesía vive para siempre. Es nuestro regalo a las generaciones venideras:

No sé si creer

pero es tentador.

 

Hace 2012 años

Horacio dijo

que sus poemas

durarían

más que el latón.

 

Shakespeare dijo

que ni el mármol,

ni los monumentos dorados

de los príncipes

sobrevivirían

su rima poderosa.

 

Mis palabras

parecen desvanecerse en el aire

pero me gustaría

creer en lo que dicen.

Poemas a la Patagonia, edición aumentada, Madrid, 2009.

Palabras    

 

 

No sé si creer

pero es tentador.

 

Hace 2012 años

Horacio dijo

que sus poemas

durarían

más que el latón.

 

Shakespeare dijo

que ni el mármol,

ni los monumentos dorados

de los príncipes

sobrevivirían

su rima poderosa.

 

Mis palabras

parecen desvanecerse en el aire

pero me gustaría

creer en lo que dicen.

 

Poemas a la Patagonia, edición aumentada, Madrid, 2009.

 

Ayala Vallejo: Usted en un poeta de dos continentes. ¿Cómo es la recepción de su obra en el público europeo y el público latinoamericano?

Gurney: Es una pregunta para los críticos pero a mí me parece que el público latinoamericano recibe mi obra calurosamente. El público europeo, los que me leen, lo recibe con interés. En Inglaterra no sé. Algunos dicen que les gusta. Hay que tener en cuenta que mi formación es curiosa. Mi interés por la poesía latinoamericana me pone en una categoría que es difícil de clasificar. Me inspira la idea de una nueva cultura internacional. La tomé de Larrea.

Ayala Vallejo: ¿Considera que en Europa la poesía de los nuevos valores es poco difundida?

Gurney: Esta pregunta es interesante y tengo que tener cuidado con mi respuesta. No quiero ofender a mis compatriotas. Podría escribir páginas y páginas sobre el tema.  Hay que tener en cuenta que Inglaterra perdió su imperio recientemente y en circunstancias distintas a la experiencia de España. El cristianismo perdía sus fuerzas o su energía. Los que mandaban tomaron una decisión que los nuevos curas en la empresa iban a ser los escritores. No me gusta nada el tono grandilocuente de esa o de esas generaciones de poetas. Se consideran, inconscientemente tal vez, casi los sacerdotes del imperio. En vez de la biblia, denles la literatura inglesa para civilizarlos, se decía. ¿Qué dices?  Tiene un olor que repugna.

Ayala Vallejo: ¿Cómo ve el panorama de la literatura de América Latina en Europa?

Gurney: Esta pregunta es difícil. En mi opinión tiene un rol importante. Puede ayudarnos a perder los restos de esos valores falsos coloniales. Puede ayudarnos a ver las cosas más claramente y más humildemente. Sé que hablo demasiado de Larrea pero él siempre decía que el español sería la lengua del futuro, no el inglés y Latinoamérica iba a subir para tomar su sitio importante, el liderazgo, si quieres. En los setenta rechacé esas ideas de Larrea y se lo dije. El insistía, yo decía que no, etc. Pero cuando murió, en 1985, sus ideas entraron más. Si él tenía razón, creo que el interés en la literatura latinoamericana crecerá.  Han tenido el boom de la novela.

Ayala Vallejo: ¿Qué aconsejaría al que quiere iniciarse en la poesía, en la práctica o la lectura?

Gurney: En la práctica. Hay que empezar con la práctica. Hay que escribir lo que siente. Los jóvenes son sinceros. Luego pueden leer este poeta y ése. Es que hay tanto bagaje ideológico que no tiene relevancia a los chicos más jóvenes. Más tarde, cuando pueden resistirlo, pueden leer los poetas de las otras épocas. 

Lya Ayala Vallejo 
Gentileza de La fragua del herrero y de Robert Gurney
http://grupoliterariolafragua.blogspot.com/ 

 

2009: Entrevista: Bob Gurney: “Nuestras vidas son breves, pero la poesía vive para siempre” por Lya Ayala. La Fragua del herrero,

JUEVES 16 DE JULIO DE 2009

http://grupoliterariolafragua.blogspot.com/2009/07/bob-gurney-vivo-un-poco-fuera-del.html

 

Ver también: http://forodeescritoreselsalvador.blogspot.com/2009/07/cien-sonetos-de-alberto.html

 

http://unaluzenelsilencio.blogspot.com/

 

http://libelulaverde.blogspot.com/2009_07_01_archive.html

 

http://tehuacanchentino.blogspot.com/2009/01/barack-hussein-obama.html

 

 

2009: Lya Ayala Vallejo, ” Entrevista con Robert Gurney”,  Diario Co Latino, Suplememto Cultural Tres Mil, 1013, sábado 1 de agosto de 2009/folio 5. Paper.

 

 

http://www.diariocolatino.com/es/20090801/tresmil/

(Busca el de fecha 1 de agosto de 2009)

 

2009: 16 de agosto, version más larga de Lya Ayala Vallejo,  Entrevista con Robert Gurney:

 

http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/ayala_vallejo_lya/una_entrevista_con_robert_gurney.htm